LAS POSTURAS SERIAS INCOMODAN
Es innegable que la estratagema de la polarización le ha funcionado muy
bien a la clase política que ha optado por el odio, la corrupción, la
desigualdad y la perpetuidad de la guerra como las piedras angulares de su castillo
imperial. Se les sigue y obedece por convicción, ignorancia o abnegación (a
ellos les da igual), o de otra forma se es su enemigo, un simple peón de la
izquierda que quiere todo regalado; un ñero y seguidor del egocéntrico adalid
del socialismo colombiano.
Y bajo este umbral, ya no hay mucho más que hacer ante un colectivo incapaz
de debatir de manera medianamente inteligente sobre tema alguno; nada convencerá
a los que aun creen en ellos de que su líder, su bancada y sus “dinámicas” son de
los peores males que han afligido a este país en su historia; y por supuesto, nada
convencerá a los demás, sus opositores, de algo mínimamente contrario, y en ese
sentido, ya nos debería valer verdadero huevo que ellos nos tachen de
izquierdistas, guerrilleros, ñeros, holgazanes o lo que quieran, así lo seamos
o no, lo que ellos digan ya debería valernos cinco bolitas de boñiga.
Sin embargo, el juegazo de la polarización les dio un rédito inesperado en
sus arcas de manipulación, llamémoslos “los opositores buena onda”. Ojo, no me
refiero a los llamados “tibios” (ese término ya me tiene un poco hastiado) que
fomentó un afamado otrora candidato, y de nuevo futuro candidato presidencial
de apariencia informal y palabras adornadas. “Los opositores buena onda” no son
esos “tibios”, para muchos ya nos es clarísimo que ese (Fa)”jarto” señor
y sus seguidores NO son para nada tibios ni neutrales, son solo una cara un
poco más amable de la misma política que hoy nos tiene en el estado de corrupción,
desigualdad y violencia en el que nos encontramos; ese señor y los suyos son
diestros lobos disfrazados de ovejas. Así que mejor me enfocaré en describir a
continuación a estos “opositores buena onda”.
Declaran abiertamente que no son de derecha ni de izquierda, e inflan sus
pechos diciendo que los tienen muy aburridos tanto los líderes como los borregos
de un lado y del otro. Les tiene hasta el tuétano también los montones odio
esputado de las bocas y los teclados de unos y otros; y de manera muy
respetuosa, resiliente y llena de amor le dan clara varilla a los errores y desaguisados
de ambos bandos. Hasta ahí, diría que la cosa vale aunque tendría ya algunos
reparos en los que no me adentraré; sin embargo, en mi opinión la cosa cambia
de tono cuando veo que ¡NO PROPONEN CASI ABSOLUTAMENTE NADA! ¡NO ARRIESGAN ABSOLUTAMENTE NADA!
No dan nombres propios de líderes de nuestra realidad actual ni histórica que soporten y apoyen su concienzuda postura (ojo, no uso el adjetivo sarcásticamente). No dicen abiertamente por quién votarían, ni presentan un claro prospecto de candidato que trate de empezar a cambiar esta realidad. No se atreven a denunciar las verdaderas injusticias y atrocidades que suceden en esta pseudo nación en que nos ha correspondido vivir, solo se quedan en criticar opiniones y posturas de los “extremistas”.
A la hora de elegir, se quedan y quedarán en el “no hay por quien”, sucumben
en la superficialidad de la apatía disfrazada de buenas vibraciones, y jamás optarían
por una postura de conciencia. No se arriesgarían a votar siquiera en primera
ronda por un candidato del que tengan certeza que no ganará pero que al menos
los representa; y lo más triste, si votan en instancias definitorias, lo
harán silenciosamente por los mismos que nos tienen como estamos (es claro que
el voto en blanco incluye esa postura), esos que han gobernado por décadas y han
nutrido nuestra tierra con sangre inocente y miseria ajena.
Amigo “buena onda”, en nuestro cotidiano estamos expuestos a escoger entre
opciones que no nos satisfacen en absoluto, debemos tomar el bus que viene
repleto, el que viene muy lleno o el que viene simplemente lleno; porque para
montarnos en el que añoramos debemos esperar un montón o contar con un golpe de
suerte bien grande, y hay momentos en el que no hay tiempo que esperar o
llegamos tarde a esa cita con esa persona que no vemos la hora de tener a
nuestro lado. Si no toma bus, debe al menos pagar por una gasolina carísima que quisiera fuera más barata, pero no hay opción, o la hay quitándole potencia a su nave con gas natural. Quisiéramos comer tomates kosher pero comemos tomate chonto
por economía o porque no se consiguen los otros cerca; y quisiera no tener que
cocinar, pero el dinero no alcanza para comer afuera o pedir domicilio, y tengo que comer sí o sí.
Y ahora resulta que no elegimos porque no son “buena onda” como nosotros, sino
que preferimos no elegir, preferimos votar en blanco, o votamos en secreto por
los de siempre porque el candidato que me gusta no ganará, o porque en segunda
ronda el otro que no ha gobernado nunca es un egocéntrico izquierdista lleno de
odio. ¡NO! COMO A DIARIO LO HACEMOS, HAY VECES QUE DEBEMOS OPTAR POR COSAS QUE
NO NOS GUSTAN, y hay que hacerlo, punto. O usted no coge ninguno de los buses y
llama a esa persona que ama y le dice que no llegará porque no hay buses
desocupados.
Lo siento amigos “buena onda”, como lo dijo sabiamente mi mejor amigo, “la política como la democracia, en muchos casos debe ser pragmática”, en lugar de ser emocional y visceral. En Colombia tenemos dos males terribles que nos han aniquilado y están aniquilando: la corrupción y la violencia. Tenemos muy claro qué frente político los promueve, y ese es el "mal común" en el que todos deberíamos enfocarnos en erradicar. En este caso, al momento de elegir no se trata ni de apoyar ni descalificar a una persona o una ideología en particular, pero en serio, se trata de salir de un estilo de gobierno que nos ha hecho, y hace mucho daño, y ahora más que nunca.
Muchos votamos en su momento por Santos siendo totales opositores de él y de muchas de sus ideologías y métodos, pero votamos en pro de un proceso de paz, que con todo y sus defectos, salvaría y ha salvado miles de vidas inocentes; preferimos tenerlo a él por un periodo en pro de ese proceso, pero a la vez ejercimos clara y democrática oposición ante otras políticas que su gobierno llevó a cabo. Quienes votamos por él, escogimos un proceso de paz (imperfecto y liderado por alguien que en absoluto representaba nuestras posturas políticas) sobre la perpetuidad de una absurda guerra promovida por el narcoestado.
Yo soy pro-buena onda, y trato de ser buena onda, y quiero serlo cada día más, y sé que me faltan montones de esfuerzo para llegar a serlo al nivel que quiero. Sí, también creo que el odio y la polarización son dañinos, y aunque a veces he caído, trato arduamente de no caer en el vaivén de la agresión al que piensa diferente. Tampoco me siento altamente identificado por alguna de las principales figuras políticas del país; pero busco mucho y trato de proponer, y escojo con convicción así mi candidato no vaya a ganar; y así mismo he tenido que votar “en contra de” en lugar de votar “por”, porque el juego de la vida y la política lo propusieron así, y no podía hacer nada la respecto; pero igual cojo el bus lleno porque no veo la hora de llegar a esa cita con esa persona que tanto amo, así llegué maltratado y me apachurren el regalo que le llevo.
Parceros, la política no es una cosa hecha para ser buena onda, Gandhi y Mandela con sus posturas tan admiradas por la humanidad por su buena vibra, incomodaron mucho a sus contrapartes, literalmente generaron callo, y fueron rebeldes, claros y muy firmes en sus propuestas, fueron explícitos en sus propuestas y en señalar con nombre propio a los encargados de generar muerte, dolor e injusticia en sus naciones; por algo a uno lo asesinaron y al otro lo metieron preso por largos años. Ellos supieron priorizar los males que aquejaban sus países y se la jugaron hasta la vida por cambiar de algún modo esas situaciones.
Entonces, no creen que es buena idea en ponernos de acuerdo en acabar con los males mayores que aquí tienen nombre propio y han causado directamente tanto dolor, muerte y miseria? Claro que lo es, y podemos hacerlo desde los más espirituales hasta los más activistas. Es nuestra hora de priorizar y terminar con los males mayores, esos endémicos, para luego encargarnos de los problemas menos dañinos y letales. Analicemos quienes matan, roban, corrompen y promueven la desigualdad, acabemos con lo más malo y luego nos encargamos de lo otro. Recuerde que no siempre hemos llegado a donde queremos por las rutas y medios que añoramos, sino por los que había disponibles.
Banda sonora: "Nunca quedas mal con nadie" - Los prisioneros https://www.youtube.com/watch?v=8g-7gnKsEqQ